La gente necesita un relato, fue una gran frase para empezar la clase del
viernes, una clase de la que voy hacer el post en castellano, en honor a Luis
Arroyo, no vaya a ser que le dé por visitar mi blog y no la entienda bien…
Muchas veces tenemos el problema de ser buenos en la estrategia pero luego
fallamos en las tácticas y en cambio, en la derecha, suele ser al revés, y es
una cosa que deberíamos tener en cuenta.
El mérito por el demérito ajeno, desde el punto de vista táctico es bueno
en política, aunque no lo parezca, como con el “cuidado que viene la derecha”
por ejemplo.
Hay una regla que suele cumplirse, la regla del 40, 40, 20; entre los
votantes tenemos un 40% que ya se puede decir que están convencidos de antemano
y siempre votan, otro 40% que se abstienen, no votan hagas lo que hagas y un
20% de gente que si las animas, se activan y votan.
También es importante no caer en el error de repetir siempre el mismo marco
que el adversario.
Para una buena escenografía de las políticas públicas hay 24 consejos a
seguir, a cual más importante:
1.
Necesitamos un relato corto, claro y persuasivo.
Una estrategia de comunicación, un relato ganador.
La estrategia es realmente la historia, el relato, el proyecto, la misión…algo
que podamos explicar en tan solo 20 ó 30 segundos, no es necesario más. Hemos
de tener en cuenta que si no hay un relato, no hay política que impacte, hay
sólo gestión.
2.
Hay dos grandes marcos dentro de los cuales se
articula la mayoría de los relatos: el marco del padre estricto y el marco de
los padres protectores.
·
El marco del padre estricto, dónde la
autoridad viene de arriba. Es más la derecha.
·
El marco de los padres protectores, ver
también las causas del problema y no sólo las consecuencias, es de más tolerancia
e igualdad. Es más la izquierda.
3.
La estrategia debe apelar a los valores.
Hemos de jugar la política en el mercado de las
emociones más que en el de las razones. Nuestro relato siempre ha de estar
movido por valores.
1.
Planteamiento
del problema
2.
Luego o
mientras, has de hacer una escucha sobre el problema y visualizar el proceso de
escucha
3.
Propones la
solución y das el golpe
4.
Implantación
y tramitación de la solución.
5.
Evaluación de
la medida implantada
4.
Es necesario escenificar el relato de forma continuada.
Son importantes los trucos de las palabras para
explicar las historias. Una vez decidido el relato y conocido bien el guión,
definimos la trama y así la podemos hacer fácil de entender por el público.
5.
Lo interesante prima sobre lo importante.
A veces la presión de lo interesante es muy alta y
no debes caer en ella nunca. Las políticas públicas pegadas a la vida de la
gente son más eficaces que las rimbombantes.
6.
Pensemos en el largo plazo.
La
gente ve la política bastante distante y eso no lo podemos olvidar. La política
no actúa en espasmos y hemos de pensar siempre en el largo plazo, la gente
necesita tiempo pues normalmente están metidos en sus asuntos. La gente
responde a los estímulos de manera progresiva e incluso a veces predecible.
7.
Se recuerda a los gobernantes por una cosa o, como
mucho, por dos o tres.
Se han de hacer
iniciativas cercanas a la gente y que
les lleguen y pensemos en hacerles llegar las iniciativas esenciales. Has de
concentrar el foco allí dónde la gente va a poner su atención. Si nos han de
recordar por sólo una cosa, elijamos bien por cual queremos que nos recuerden y
concentremos nuestro esfuerzo y capacidad en esa única cosa.
8.
Si no hay titular, no hay información.
Se han de preparar
bien los titulares, busquemos siempre el corte del día, el mensaje del momento.
Has de tener la capacidad de poner generar titulares poderosos porque el
espacio en los medios es muy limitado y hemos de poder darles nosotros mismos
ese titular del día, lo que va a lograr la atención de los medios.
9.
No conviene desviarse del mensaje.
Siempre nos hemos
de mantener en el carril marcado y sin caer nunca en la tentación de salirnos.
Enviemos un mensaje sólido al público desde el primer día y mantengámoslo hasta
el final
10. No
debemos pensar en la pregunta, sino en el mensaje.
Y si algo no se
debe responder pues no se responde. La prensa sólo busca su titular por eso
hemos de tener “disciplina en el mensaje” decir lo que se quiere decir y no
más. No olvidemos que no trabajamos para la prensa sino para los ciudadanos. Si
te dedicas a contestar a todo, te estás metiendo en la minucia del día a día.
Cuantas más hablas más malbaratas tus palabras, has de hacerte valer, cuidarte
bien y dosificar muy bien la información que das.
11. Nada
obliga a asumir riesgos innecesarios.
Hemos de saber
mantener la tensión política con
elegancia y sin correr riesgos, sino es que es imprescindible. Aunque el
verdadero secreto es el equilibrio. Muchos políticos se someten a un frenesí de
intervenciones y su presencia acaba por aburrir y su cargo se va devaluando. Es
decir, ni mucho, ni poco, siempre hemos de salvaguardar la solemnidad del cargo.
12.
Hoy puede hacerse, realmente, comunicación de 360
grados.
Hoy se pueden usar todas y cada una de las
herramientas que nos ofrece la comunicación actualmente y hemos de actuar de
forma integral en todas, debiendo aprender a entender cada uno de los engranajes
de la maquinaria.
13.
La televisión sigue siendo el medio prioritario,
con mucha diferencia.
El político lee más la prensa escrita que ve la
tele, pero el público en general es al revés, la gente de la calle se entera de
lo que pasa básicamente por la televisión, con lo que no podemos olvidar que la
televisión llega más y mejor que la prensa escrita, es más “blanca” pues capta
audiencias más numerosas y el público suele decodificar bien las formas y el
contenido.
14.
Hacer de la discrepancia con la prensa un asunto
político no es rentable.
Si algún periodista te quiere mal, lo mejor es que
pases de él. Nos hemos de adaptar a las dificultades. Los políticos y los
periodistas se necesitan mutuamente pero desconfían siempre unos de los otros y
por eso sus relaciones se enturbian con facilidad. No es inteligente hacer una
política de enfrentamiento con la prensa. No olvidemos que son ellos, el final,
los que deciden lo que es noticia y lo que no y como van a presentarla al
público. Generalmente dará más problemas la prensa escrita porque siempre es
más controvertida.
15.
Es necesario contar con un nombre y una definición
atractivos.
Y antes de que le un nombre dáselo tu. Hay palabras
que funcionan y otra no. Las palabras no describen la realidad sino que la
construyen y eso es lo importante. Nombremos a nuestras iniciativas con un
marco adecuado antes de que se lo den los otros. Cuando queremos ignorar a alguien dejamos de
nombrarlo.
16.
La gente corriente no entiende la diferencia entre
mil millones y cien mil millones de euros.
Pongamos las cosas a la altura de la gente, que se
entiendan, para que lo puedan comprender y aceptar. A la gente le gusta
escuchar historias de gente.
17.
En situaciones de crisis no basta con hacer
esfuerzos; los esfuerzos deben verse.
Siempre hay que estar, al político se le ha de ver
y sobre todo ha de estar allí dónde ha pasado algo y más aún en épocas de crisis.
La presencia simboliza de manera impecable el liderazgo (“rally round the flag”)
. Pero siempre se debe tener mucho cuidado con la emoción, en esos momentos los
líderes demuestran que son personas de verdad.
18.
Un titular negativo se cancela con otro positivo.
Siempre uno de positivo puede neutralizar a uno de
negativo pero siempre que sea equivalente en importancia. Los ciudadanos pueden
perdonar errores pero rara vez perdonan la arrogancia.
19.
Pedir perdón y reconocer errores no es síntoma de
debilidad, sino de fuerza.
Salvo que estés siempre pidiendo perdón, es bueno
pedirlo y si lo hacen, los ciudadanos suelen darles una segunda oportunidad.
20.
En muchos casos es bueno atacar y contrastar con
el adversario.
Realmente el adversario se lo pensará dos veces la
próxima vez si sus ataques son desmontados, no es cuestión de dejarle actuar
impunemente. Además no olvidemos que siempre es más fácil frenar una
información incorrecta cuando aún es sólo un teletipo.
21.
Los líderes influyen en las encuestas, no siempre
las siguen.
Un líder audaz mirará las encuestas pero no para
echarse atrás en sus decisiones sino para anticipar resistencias. Los malos líderes
rebuscaran en las minucias de las encuestas. El líder ha de abrir caminos, no
sólo seguir los trazados. Usemos el sentido común para buscar nuestro relato.
22.
La impostura se paga.
La mejor interpretación es la que no se nota, la
mejor campaña es la que no se siente. El mejor político es el que siente lo que
dice, el que más que decir, hace, y el que dice y hace lo que siente. Se ha de
hacer una inteligente puesta en escena, defender unos valores y tener una
solidez de principios y no disfrazarse de fuerte para parecer fuerte.
23.
“Temas” o “personalidad” es una dicotomía falsa
Un proyecto político combina un buen guión con
unos buenos actores, un buen liderazgo con un buen programa, un carácter adecuado
con unos temas sugerentes. No hay temas sin carácter ni carácter sin temas. Se
han de elegir dos o tres temas en los que centrar la campaña y de ahí colgar
los rasgos del carácter a reforzar.
24.
La prosa debe combinarse con la poesía.
Se hace campaña con poesía pero se gobierna con
prosa. Uno no se degrada por ponerle pasión a las cosas sino al contrario. Tres
elementos del buen liderazgo son; fuerza, confianza y cercanía. Se debe
combinar con inteligencia “la prosa” (la fuerza) con “la poesía” (la confianza y la cercanía).
Un buen compendio de buenos consejos para escenografíar las políticas
públicas con cabeza y para saber hacer una buena “campaña permanente” y poder
hacer nuestra mejor “representación” en el escenario político y poder destacar
entre el resto del reparto.
Y un par de consejos más. No dejéis de visitar:
Y también os dejo una pequeña lista de algunos de los libros recomendados
por Luis Arroyo:
The political Mind, de George Lakoff
Y yo añadiría otro, Storytelling de Christian Salmón, en la línea de comunicar con
historias, con relatos.
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